La contaminación afecta los testículos, al punto de dañar los genes. Esto es lo que dice un reciente estudio.
El experimento hecho en ratones expuestos a ciertos contaminantes como el ftalato (un plastificador), la zearalenona (una toxina presente en algunos cereales), el lindano (un plaguicida), el bisfenol A (empleado en la fabricación de plásticos) y el estradiol (una hormona esteroide sexual femenina), demuestra que la exposición a estas sustancias altera el desarrollo y crecimiento de los testículos.
El trabajo concluye que el ftalato y la zearalenona provocan irregularidades en los genes, independientemente de los niveles o el momento de la exposición. Los encargados del estudio esperan que con estos resultados, las fábricas busquen otras alternativas al uso de estas sustancias en la industria y se hagan más estudios de las consecuencias de la exposición a estos productos a largo plazo.