Según un estudio reciente del Centro de Recursos de Evaluación de la Policía de Los Ángeles, California (EEUU), los perros policías tienen la tendencia de morder más a los latinos y a los de raza negra.
Entre 2004 y 2012 el número de latinos que anualmente fueron mordidos por los perros aumentó un 30%, de 30 a 39 individuos, mientras que el de ciudadanos negros subió un 33%, hasta alcanzar los 12.
La publicación de estos datos hizo que algunos medios aseguraran que los perros policía de Los Ángeles están entrenados para morder a sospechosos en función de su raza o que son los propios agentes los que ordenan a los animales que ataquen en base al origen racial de los sospechosos, algo que la policía niega categóricamente.