«No estamos dispuestos a sofocar nuestra economía para gustarle a Bruselas», señaló Vladímir Putin, en la rueda de prensa en Italia al comentar la pregunta sobre la decisión de Ucrania de no firmar el acuerdo el Acuerdo de Asociación con la UE.
«Debemos separar de la política la cuestión de la asociación de Ucrania con la UE y estar de acuerdo con la propuesta de Yanukóvich [el presidente de Ucrania] de debatir el asunto de forma trilateral entre Rusia, Ucrania y la Unión Europea.»
Al término de sus negociaciones con el primer ministro de Italia, Enrico Letta, Putin propuso que hombres de negocios de Rusia, Ucrania y la UE mantuvieran «contactos directos».
El pasado 21 de noviembre el Gobierno de Ucrania declaró que paraliza las negociaciones para la firma del acuerdo sobre la asociación con la Unión Europea programada para el próximo 29 de noviembre. Las autoridades del país argumentaron su decisión con la necesidad de desarrollar las relaciones económicas y comerciales con los Estados del escenario postsoviético, en particular con Rusia. La oposición convocó acciones multitudinarias en todo el país para protestar contra la decisión.
Especialistas destacan los altos riesgos económicos que suponía el acuerdo con la Unión Europea para Kiev. Por ejemplo, hasta ahora a los nuevos miembros de la Unión y a los países que aspiraban a adherirse se les concedían préstamos baratos a largo plazo para que el nivel de la economía del país aumentara hasta alcanzar los baremos europeos, algo que no se le ofreció a Ucrania. Se estima que la transición para lograr los estándares y requisitos técnicos europeos podría costarle a Kiev entre 100.000 y 500.000 millones de dólares, un monto que el presupuesto actual no puede satisfacer. Además, la Unión Europea requiere de Ucrania más recortes, pero la única esfera en la que el país puede ahorrar es la social, un campo en el que los especialistas consideran muy peligroso aplicar ajustes.