El cometa Ison, en efecto, podría haberse desintegrado por completo cuando faltan algo más de 24 horas para su máxima aproximación al Sol, que se producirá el 28 de este mes.
Para el jueves, el helado cometa se acercará a apenas 1,6 millones de kilómetros de la superficie supercaliente del sol. El lunes parecía estar a punto de morir mucho antes de su acercamiento máximo al sol. El martes, parecía haber recuperado su condición.
Hasta el momento, el núcleo del cometa había logrado mantener su integridad durante la aproximación. Los astrónomos, sin embargo, han detectado ahora una serie de signos que hacen temer lo peor. Es casi seguro, de hecho, que Ison no logre sobrevivir a su peligrosa aproximación al Astro Rey.
Un aumento súbito de la luminosidad del cometa sugiere, en efecto, que su núcleo helado se ha desintegrado, hasta convertirse en poco más que una nube de polvo, poniendo así punto y final al sueño de que Ison se convirtiera en «el cometa del siglo», visible durante meses y con un brillo superior al de la Luna llena.
Sin embargo, la confirmación visual directa de la desintegración del Ison no se ha producido todavía. Para eso habrá que esperar a los próximos días, cuando el cometa, o lo que quede de él, dé la vuelta al Sol para acercarse a la Tierra.