Las primeras observaciones preliminares de los astrónomos indican que parte de la cola del cometa ISON ha sobrevivido a su paso junto al Sol este jueves pero no así su núcleo.
La comunidad científica ha estado pendiente de lo que ocurría en el viaje ‘kamikaze’ hacia el Sol de esta roca, a la que muchos ya han bautizado como ‘el cometa del siglo’, y en las próximas horas podrán concluir si sus restos seguirán brillando o no y si se podrán ver desde la Tierra.
Si hubiese sobrevivido, los astrónomos vaticinaban que sería uno de los cometas más brillantes de este siglo y hubiese estado visible en el firmamento nocturno hasta mediados de diciembre.
Al pasar tan cerca del Sol, Ison debió soportar temperaturas de 2.000 grados centígrados. La inmensa gravedad solar pudo haber comprimido el objeto a medida que revoloteaba, contribuyendo a su destrucción.