Los alimentos son la base fundamental que sostiene cualquier organismo, de ahí se determina el estado de ánimo, la salud, el comportamiento e incluso hasta la personalidad de una persona.
Existen alimentos que pueden afectar la capacidad intelectual de las personas, si se consumen en exceso. Unos ejemplos de estos son:
El primero de los alimentos que se debe restringir es el azúcar. Y no solo porque hará que la cintura se ensanche, sino porque su consumo persistente puede afectar la memoria y la capacidad de aprendizaje.
Por desgracia, los edulcorantes artificiales también tienen efectos nocivos sobre la capacidad cognitiva, por lo que lo mejor que puedes hacer tratar de evitar el consumo al mínimo o endulzar con alternativas como la canela o la vainilla.?Cuidado con esos frescos que solemos tomar en los almuerzos o desayunos.
En segundo lugar está la comida chatarra. Un estudio de la Universidad de Montreal (Canadá) reveló que este tipo de alimentos generan depresión y ansiedad, lo cual afecta la producción de dopamina, una hormona relacionada con la función cognitiva, el aprendizaje y la memoria.
El alcohol, por su parte, afecta la capacidad de procesar y recordar información.?Más de alguien habrá tenido sus pérdidas de memoria luego de una noche de tragos no?.
Luego están los alimentos procesados o precocidos cuyos colorantes, aditivos, saborizantes y conservantes pueden afectar el comportamiento y la función cognitiva.??La sal también está entre los alimentos que son contraproducentes para la inteligencia, y bueno, para el resto del cuerpo humano en general.
El sodio en exceso disminuye la capacidad de pensar rápidamente y con claridad. No obstante, aquí hay una alternativa más viable: otros estudios revelan que la sal yodada podría, más bien, favorecer la capacidad intelectual.
Y, por supuesto, las grasas trans entran en el listado de alimentos que se deben suprimir de la dieta, ya que reducen los reflejos y la capacidad de respuesta, e incrementan el riesgo de sufrir de un derrame cerebral.
Pero claro, no hay solo una cara de la moneda, también hay alimentos que pueden ayudarte a poner el cerebro en marcha. El primero de ellos es el huevo, que tiene colina, un componente esencial para la capacidad cognitiva y que es fundamental incluir en la dieta de los más pequeños.
Además, los pescados azules como el atún, las sardinas, las anchoas y el salmón, gracias a su contenido de Omega 3, pueden hacer que las personas mejoren su coeficiente intelectual hasta en 3.5 puntos.