Según algunos informes, hay posibilidad de que dos o más estadios destinados a albergar a poco más de 40,000 personas cada uno, puedan no estar listos para el Mundial. Entre los campos se incluyen los de Curitiba y Cuiabá.
También se ve afectada la entrega del estadio sede del partido inaugural en Sao Paulo, que fue dañado cuando se derrumbó la estructura de una grúa la pasada semana.
Las obras en los campos de juego de Arena Pantanal, en Cuiabá, y Arena da Baixada, en Curitiba, debían estar concluidas el 31 de diciembre, según el plan de obras. Según el presidente de la FIFA, no hay razones para preocuparse demasiado: los problemas en la construcción de los estadios son «tan pequeños que podemos cerrar los ojos», dijo.
Por su parte, Jerome Valcke, secretario general del organismo rector del fútbol, estableció un nuevo plazo límite: aseguró que todo estará terminado para febrero, cuatro meses antes de que se inicie el campeonato.
En Sao Paulo, el estadio Arena Corinthians tiene un retraso más grave, después del accidente que causó la muerte de dos personas, el 27 de noviembre.
En la sede paulista, la selección de Brasil dará inicio a la Copa del Mundo, el 12 de junio, frente a un rival a definir este viernes, cuando tendrá lugar el sorteo para definir los grupos que disputarán la primera fase.