El Papa Francisco veneró este domingo y realizó la ofrenda floral, por primera vez en su pontificado, a la imagen de la Inmaculada Concepción en la plaza de España de Roma, un acto por el que los romanos se echaron a la calle para ver a su Obispo y en el que la embajada de España ante la Santa Sede abrió sus puertas.
A lo largo de la jornada, diversas instituciones y ciudadanos italianos colocaron flores a los pies de la Virgen Inmaculada que corona un obelisco de nueve metros de altura, pero los primeros en hacerlo fueron los bomberos de Roma que mediante una escalera alcanzaron la imagen de la Virgen y le colocaron una corona de flores en la mano derecha.
El último en realizar la ofrenda floral fue el Papa Francisco que, como es tradición, colocó en la base del obelisco una gran franja de rosas blancas y amarillas, los colores de la bandera vaticana.