Limitar el libre acceso a Internet o imponer el monopolio de EE.UU. en el mercado de medicamentos son algunas de las metas del Acuerdo de Asociación Transpacífico, insiste WikiLeaks. Un acuerdo que constituye «un atentado contra la democracia».
EE.UU. está presionando para cerrar el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TTP, por sus siglas en inglés), pero sin ceder en sus planteamientos y sin mostrar flexibilidad alguna ante las propuestas de otros miembros. Así lo revelan los nuevos documentos filtrados por WikiLeaks, que citan a una persona presente en la negociación, la cual ha preferido permanecer en el anonimato.
Según dichos documentos, es precisamente la postura firme de Washington lo que impide alcanzar un acuerdo. Mientras tanto, la Administración de Obama insiste en la firma del documento comercial antes de finales de año.
En concreto hay más de un centenar de puntos del TTP que están siendo discutidos en los últimos días, en una reunión que ha congregado a 12 países que representan el 40% del PIB mundial.
Estos países no solo han negociado a espaldas de su pueblo, sino que, además, ni siquiera sus Parlamentos han estado al tanto de esta negociación
Algunos analistas indican que el TPP sigue un patrón común que las empresas multinacionales ya han perfilado en otros acuerdos de este tipo, como el Proyecto de Acuerdo de Libre Comercio e Inversiones entre EE.UU. y la UE (TTIP, según sus siglas en inglés). Una característica de estos acuerdos es la escasa transparencia de las negociaciones, que discriminan a la sociedad civil al ignorarla en las consultas.
Para el analista político Salvador Muñoz, que el TTP esté siendo discutido a puerta cerrada supone una negociación secreta sobre aspectos clave que afectan a la vida de millones de personas. «Este tratado esconde la vulneración de derechos digitales, de derechos a la salud […] tendríamos muchos problemas con los medicamentos genéricos», denuncia el analista en una entrevista con RT.
Muñoz añade asimismo que «estos países no solo han negociado a espaldas de su pueblo, sino que, además, ni siquiera sus Parlamentos han estado al tanto de esta negociación», lo que considera es «un atentado contra la democracia».