El Senado de México ha aprobado una polémica reforma que busca abrir el sector energético a una mayor inversión privada.
Tras diez horas de debate entre los legisladores, el documento fue aprobado por 95 votos a favor, mientras que 28 senadores votaron en contra de la medida, según informó el periódico ‘El Financiero’.
La aprobación del proyecto de ley promovido por el presidente, Enrique Peña Nieto, marca el fin del monopolio del petróleo y del gas del gigante estatal Pemex, que pugna por revertir una fuerte caída en la producción de crudo debido a una insuficiente inversión.
La reforma permitirá conceder licencias a empresas privadas y compartir las ganancias petroleras con ellas. La medida debe ser aprobada también por la Cámara de Diputados antes del 15 de diciembre.
Frente a la oposición de los legisladores izquierdistas, que opinan que debido a la privatización en el sector energético el país podría perder el control sobre recursos estratégicos y que prometieron librar una batalla dentro y fuera del Congreso para impedir que prospere la iniciativa, los legisladores oficialistas y conservadores argumentan que si el marco constitucional no se somete a cambios profundos, no será posible reforzar el sector energético de México, segunda economía de Latinoamérica.
La propuesta ha suscitado numerosas protestas, ya que la modernidad del país siempre ha estado profundamente vinculada con el petróleo, cuya industria fue nacionalizada hace 75 años.