Steve Anthony, un indigente estadounidense sufrió el susto de su vida cuando su único amigo, el perro River, de 9 meses de edad, fue atropellado por un coche. El conductor del vehículo prefirió huir del lugar antes de ayudar al animal herido.
Las donaciones de los estadounidenses ayudaron a pagar la cirugía del perro atropellado, el único amigo del indigente Steve Anthony. «Es mi hijo, mi hermano», le dijo el indigente a la cadena KXTV, agradeciendo a todos los que donaron para ayudarle. Anthony, que padece cáncer de hueso en etapa terminal, afirma que gracias a este ‘milagro de Navidad’ no solo fue salvada la vida de su perro, sino la suya propia. «Si no lo hubieran salvado, también me hubiera muerto», dice.
La tragedia se produjo el domingo en Foresthill, California, cerca de un lugar de venta de árboles de Navidad donde Anthony había conseguido trabajo. El accidente fue un verdadero ‘shock’ para el indigente. «Vi sangre salir de su boca y nariz y pensé que la cabeza de mi pobre niño había quedado destrozada», contó.
Una conductora, Jennifer Martin, que vio lo que pasó, le ayudó a trasladar el animal al Hospital Veterinario Atlantic Street. La mujer pagó 75 dólares para ayudar a que le hicieran una cirugía al animal, pero esto no era suficiente: el tratamiento costaba miles de dólares. Entonces Martin, conmovida por el dolor del indigente, publicó esta historia en su página de Facebook pidiendo donaciones y, con ayuda de la organización sin ánimo de lucro Chester Foundation, se ha logrado recaudar más de 7.000 dólares hasta ahora. Ha sido suficiente dinero para que el perro pueda ser operado este martes. La cirugía duró dos horas y salió muy bien, según los representantes del hospital.
Chester Foundation llamó a este caso un ‘milagro de Navidad’ en su página web y comentó que «el padre de River está abrumado por la generosidad y la avalancha de apoyo». Cuando River pueda salir del hospital, podrá quedarse con Anthony en un hotel de la zona, los gastos de esta estadía serán cubiertos por las donaciones recaudadas. Pero la Fundación Chester todavía busca una solución permanente de vivienda para ambos.
