Trucos para tener un rostro limpio y fresco

La limpieza del rostro es uno de los aspectos más importantes para tener una piel cuidada y con un aspecto saludable. Para ello existen diversos trucos para tener un rostro limpio y fresco de forma natural, utilizando elementos que tenemos día a día al alcance de nuestra mano.

¿Cómo mejorar nuestra piel?

Primero que nada, debemos saber si nuestra piel es seca, grasa, normal o mixta. Pero si no lo sabemos a ciencia cierta, hay consejos que son útiles para todo tipo de piel y que nos ayudarán a tener un rostro fresco.

Por ejemplo, una correcta hidratación de la piel mediante el consumo regular de agua es fundamental. Además, debemos cuidar nuestra dieta, incluyendo en ella muchas frutas, verduras, nueces y semillas. De esta forma, conseguiremos todas las vitaminas necesarias para que nuestra piel tenga luz propia. Reducir el consumo de carnes, pescados, cafeína, harina blanca, azúcar, alcohol y tabaco nos será beneficioso también.

Si somos de las mujeres que usamos todos los días maquillaje, debemos poner un punto y seguido. ¿Esto qué quiere decir? No es necesario un punto final –nunca más maquillaje– pero sí debemos moderar el uso para no tapar los poros y contaminar la piel. En el caso de que utilices maquillaje seguido, la mejor opción son los maquillajes minerales. También debemos evitar exponernos al sol por largos períodos de tiempo, ya que nos puede perjudicar, provocándonos arrugas y, en el peor de los casos, cáncer de piel.

El ejercicio, aunque no lo creas, puede hacer que nuestra piel mejore considerablemente. Al menos 15 minutos al día y una correcta limpieza para evitar que el sudor tape nuestros poros. ¡Voilá! Piel increíble en pocos minutos.

Trucos para un rostro más limpio

Hay muchas recetas naturales que nos ayudarán a tener una piel más limpia y fresca.

Por ejemplo, podemos mojar un algodón en una cucharada de leche y frotarlo por el rostro suavemente y con movimientos circulares, dejando actual la leche durante 15 minutos y finalmente lavándola con agua fría.

Otra opción es cortar dos o tres rodajas gruesas de pepino y frotarlas por todo el rostro. Dejar actuar 15 minutos y lavar. También podemos hacer este truco pero con cáscara de limón, pero ten cuidado de no exponerte al sol luego de haber utilizado este tratamiento, pues podrías manchar tu piel. Y si tenemos la piel grasa podemos seguir el mismo procedimiento pero con unas rodajas de manzana. Estas absorberán la grasa de nuestra piel y cerrarán poco a poco los poros.

La exfoliación de la piel es otro paso fundamental para tener un rostro limpio y fresco: mezclaremos agua con un poco de harina de avena o azúcar, y con movimientos circulares e insistentes pasaremos la mezcla por todo el rostro; inmediatamente después enjuagaremos. Luego de este ritual de belleza –que debe llevarse a cabo una vez por semana o cada 15 días– sentiremos la piel mucho más suave, ya que las células muertas han sido removidas por el exfoliante. Es conveniente que luego de una exfoliación frotemos con suavidad un cubo de hielo para obtener un refrescante efecto astringente, que cerrará los poros abiertos y evitará que entre suciedad en ellos.

Tomar tres tazas al día de té rojo mejorarán la apariencia de nuestro acné, ya que este té es un potente purificador de la sangre.

Por último, si esta noche quieres brillar, descorcha un champagne y con un algodón pasa un poco por tu cara. Obtendrás una piel con poros cerrados, gran cantidad de antioxidantes y un brillo especial.

Esperemos que estos consejos les hayan sido de utilidad y que tengan un rostro limpio y fresco cada día, que demuestre un buen estado de salud tanto física como mental. Porque, para mí, la piel es el verdadero espejo del alma.