Se acaba de acabar tu baja maternal y tienes que reincorporarte al trabajo. Es inevitable que te sientas triste por dejar a tu bebé en casa y tener que marcharte por una jornada parcial o completa a tu trabajo.
Seguramente la noche anterior llores desconsoladamente, incluso los primeros días también. El sentimiento de culpa por empezar a trabajar no te abandona, pero debes saber manejarlo porque no es para nada beneficioso para ti.
Prueba de amor
Que te tengas que marchar a cumplir con tus obligaciones laborales, no te hace mala madre ni te tienes que sentir así de ninguna de las maneras. También trabajas para que tu familia viva mejor, ya que en nuestra sociedad actual se necesita dinero para sobrevivir y este dinero se gana trabajando.
Otra cosa sería que vivieras en una granja y proporcionaras los alimentos trabajando en el campo, que también deberías trabajar restando horas a tu hijo.
Da igual la forma en la que trabajes, lo que importa es que si llevas a cabo una actividad laboral, debes sentirte bien contigo misma porque lo haces también por tu familia y no sólo por tu realización profesional o personal.
El poder llegar a todo, es una prueba de amor constante hacia tu hijo y hacia tu familia. Eres madre trabajadora y debes sentirte orgullosa de tu esfuerzo.
Tu bebé
Si decides que es demasiado pronto para llevarlo a la guardería y puedes evitar esta opción cuando es tan pequeño, deja a tu bebé con alguien de confianza que sepas que le va a cuidar bien.
Si tu trabajo te lo permite, ten el móvil a mano y estate atenta a cómo está durante el día. Pero sin llegar a obsesionarte para que no te cause problemas de rendimiento en tu puesto de trabajo. De este modo, no estarás totalmente desconectada y podrás sentirte menos angustiada durante los primeros días.
Realización profesional
Cuando te hablo de realización profesional, por supuesto que también me refiero a realización personal. Cuando te sientes útil socialmente y además vas cumpliendo tus metas, te sientes realizada y por tanto también aumenta tu autoestima estando más feliz.
Junto con la maternidad, tu familia, tus amistades, tus relaciones sociales, tus hobbies y aficiones, tu ayuda a los demás y tu trabajo te sentirás completa.
Hay mujeres que sacrifican su vida profesional por su vida familiar, sintiéndose, a la larga, incompletas. También ocurre el caso a la inversa. El secreto es encontrar el equilibrio en ambos aspectos, aunque ambas decisiones son igual de respetables que otra cualquiera.
Conciliación vida laboral con vida familiar
Es importante que si empiezas a trabajar, puedas conciliar de forma equilibrada tu vida laboral y tu vida familiar. Para esto emplea un tiempo equilibrado para tu trabajo y así podrás dedicar el tiempo con tu familia, tan importante para todos vosotros. Sin olvidarte también de un tiempo para ti al día, aunque sólo sean 10 minutos.
Piensa que tus hijos crecen que si paralizas tu vida porque te sientes culpable, a la larga puede que te sientas culpable sí, pero contigo misma.
Así que es primordial que elimines toda culpa por empezar a trabajar después de tu baja maternal, ya que es algo positivo para ti y para todos. Además, al no estar en casa todos te echarán en falta y sabrán la importancia que tienes en tu núcleo familiar.