La cadena británica BBC ha emitido un documental bastante interesante en donde se detalla, gracias a cámaras «espía» ocultas a través de robots en formas de tortugas y peces, que no alteraban ni asustaban a los delfines en su hábitat natural, el comportamiento de estos gentiles animales.
En su primera emisión, el documental muestra la actividad de los delfines reunidos en cardúmenes de gran tamaño, poco habituales para el ojo humano.
Pero el fragmento más interesante es el que ha captado a un pequeño grupo de delfines jóvenes que parecen jugar con peces globo. Los delfines nadan rodeando al pez globo, lo mordisquean y se lo pasan de unos a otros, a la vez que muestran una conducta que podría interpretarse como de euforia tras la ingestión de las toxinas que producen este tipo de peces, más conocidos por su capacidad de inflarse como respuesta de defensa.
La filmación de la BBC no está acompañada de estudios que demuestren que los delfines usan la toxina como droga, pero según Rob Pilley, zoólogo y productor en la serie, los delfines parecen actuar específicamente para conseguir la droga.
Rob Pilley considera que los jóvenes cetáceos captados en estas imágenes secretas tratan al pez globo de una manera diferente al de sus presas regulares y que, al igual que cualquier consumidor de drogas, parecen conocer el producto que consumen.