El gobierno de Camboya, a través de policías antidisturbios, logró desalojar este sábado a los militantes del partido opositor Partido del Rescate de Camboya, ubicados en el parque Phnom Penh.
Esta intervención, al parecer sin enfrentamientos, se produjo el día después de la represión de una manifestación de obreros textiles que reclamaban un aumento salarial. Tres personas murieron por los disparos de las fuerzas del orden.
Según el portavoz de la Policía militar, no hubo necesidad de usar la fuerza para lograr este desalojo, y los militantes opositores se mostraron dispuestos a acatar las órdenes emitidas por la policía.
Sin embargo, existen varias ONG y otras fuentes que indican que policías y policías militares iban acompañados de guardas de paisano que agredieron a los manifestantes con palos y barras de metal y destruyeron altares budistas y otros bienes.
En un contexto de alianza entre los obreros del sector textil y los partidarios de la oposición, el ayuntamiento de Phnom Penh decidió no autorizar ninguna manifestación más del partido opositor en el parque de la Democracia o en las calles «a partir de 4 de enero y hasta que la situación de orden público vuelva a la normalidad», declaró el gobernador de la capital, Pa Socheatvong.
El partido opositor, que había previsto a partir del domingo tres días de manifestaciones, instó en un comunicado a sus partidarios a mantener la «calma», mientras la formación busca una «nueva estrategia».
La oposición reclama la dimisión del primer ministro, Hun Sen, en el poder desde hace treinta años, y nuevas elecciones, al considerar las celebradas en julio de 2013 un fraude masivo y un «golpe de Estado constitucional».