Evo Morales tras aceptar la presidencia del Grupo 77 más China abogó por un mundo mejor, donde la riqueza se socialice para combatir la miseria y los pueblos se integren. Además, prometió retirar la hoja de coca de la lista de estupefacientes.
El mandatario de Bolivia, Evo Morales, tras asumir oficialmente la presidencia del Grupo de los 77 países en desarrollo (G77) más China de manos del ministro de Exteriores de Fiyi, Ratu Inoke Kubuabola, en la sede del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (Ecosoc, por sus siglas en inglés), instó por un mundo distinto «sin monarquías, oligarquías ni jerarquías», informa la agencia EFE.
El mandatario boliviano subrayó que actualmente el mundo capitalista está sufriendo una crisis sin precedentes, lo que marca el comienzo del «tiempo de los países del sur». Asimismo, Morales enfocó las metas de su presidencia: «socializar la riqueza para erradicar la pobreza, universalizar los servicios básicos y ampliar la democracia».
También habló sobre la importancia de una nueva estructura económica mundial, la soberanía sobre los recursos naturales, la creación de organizaciones internacionales al servicio del pueblo y la promoción de la integración de los pueblos del mundo.
El gobernante de Bolivia informó que la próxima cumbre del G77 más China tendrá lugar en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra el 15 de junio, cincuenta años después de la creación del grupo que durante este período aumentó el número de sus integrantes hasta 133 países.
En una rueda de prensa posterior al almuerzo que se realizó a base de comida típica de los pueblos andinos, la quinua Morales propuso a los Gobiernos miembros del Grupo de 77 países emergentes más China colaborar con el objetivo de disminuir la miseria y estatalizar los servicios básicos para que los recursos naturales sean administrados por el Estado y no por las compañías transnacionales.
Además, el presidente de Bolivia manifestó que su próximo objetivo sería borrar la hoja de coca de la lista de estupefacientes de la Convención antidrogas de la ONU de 1961. Evo Morales defendió las bondades medicinales de la planta, afirmando que gracias a ella «algunos bolivianos y sudamericanos se curan de diabetes».
