MADRID, 14 enero 2014 (AFP) – La reforma de una calle de Burgos, en el norte de España, ha llevado a miles de personas a movilizarse contra un gasto que consideran superfluo en tiempo de crisis con manifestaciones, cuyos incidentes ofrecen una imagen insólita de esta ciudad habitualmente tranquila.
Este martes, decenas de habitantes se relevaban desde el amanecer ante las derribadas vallas supuestamente destinadas a proteger la obra en el barrio del Gamonal, para impedir la reanudación de los trabajos, antes de una nueva concentración, la quinta desde el viernes, a primera hora de la noche.»No lo quiere nadie» este proyecto, afirmaba a la AFP un portavoz de la Asociación Vecinal Las eras de Gamonal, Francisco Cabrerizo.
«La situación ya es bastante difícil: aquí la mayor parte de la gente son obreros o de clase media modesta», precisa, en un país que cuenta con una tasa de paro de cerca del 26% e inmerso desde hace cinco años en la crisis.El ayuntamiento prevé invertir ocho millones de euros en la remodelación de la calle Victoria, una de las dos principales arterias de Burgos.»Aquí, la gente demanda plazas de guardería pública», explica Cabrerizo.
En un vídeo de promoción del proyecto que agita a esta ciudad de 170.000 habitantes normalmente tranquila, el ayuntamiento afirma, no obstante, que busca mejorar la vida de los habitantes, reduciendo las vías de circulación de dos a una en cada sentido, creando un carril-bici, zonas verdes y parques infantiles.
Pero, su precio es la supresión de plazas de aparcamiento, denuncian los vecinos. A cambio, el proyecto prevé la construcción de un aparcamiento subterráneo, con escasas plazas y que se venderán por «cerca de 20.000 euros» cada una, según Cabrerizo.»Es indudable que la calle va a quedar muy bonita», dice, pero «los alrededores no van a poder acoger el tráfico», añadió.
El lunes, miles de manifestantes se reunieron, en la mayor movilización desde el viernes, pero tras una manifestación pacífica, volvieron a producirse enfrentamientos con la policía por la noche, como cada día desde el viernes, con lanzamiento de piedras, quema de contenedores y la rotura de marquesinas de bus.