Un grupo de científicos británicos ha resuelto el misterio de 39 cráneos que permanecieron durante décadas en una fosa común en Londres. Se trata de trofeos de legionarios romanos.
Los cráneos, que fueron hallados junto al Museo de Londres en 1988 y no habían sido estudiados con detenimiento y técnicas forenses mejoradas hasta ahora, revelan que los romanos cortaban la cabeza a sus enemigos o gladiadores caídos del anfiteatro cercano, informa el diario ‘The Guardian’ citando los resultados de la investigación publicada en la revista ‘Journal of Archaeological Science’.
Rebecca Redfern, del Museo de Londres, explica que «proceden de un área peculiar cercana a Walbrook, que era un lugar para enterramientos y un centro de actividad ritual, pero también se usaba mucho para propósitos mundanos».
Según la experta, también se hallaron en el área «evidencias de fabricación de calzado, con lo que hay que pensar que esos trabajos se realizaban a metros de esos fosos abiertos, con los perros mordiéndolos, realmente nada agradable».
Los nuevos experimentos mostraron que casi todos los cráneos eran de varones adultos y la mayor parte de ellos muestra marcas de las heridas infligidas en el momento de la muerte. Muchos presentan evidencias claras de haber sido decapitados con una espada.
Existen pruebas de que durante el Imperio romano se practicaba la decapitación y que algunos soldados, conocidos como ‘cazadores de cabezas’, presentaban los cráneos de los bárbaros abatidos al emperador como trofeos.