Según un estudio, el 47% de los puestos de trabajo que existen en el mundo son susceptibles de ser automatizados en las próximas dos décadas. Los ricos están construyendo robots que harán que el capital se siga acumulando en sus manos.
Una mayor automatización supone una mayor eficiencia para las empresas, por ende, mayores ganancias y menos necesidad también de puestos de trabajo. El abismo entre la clase rica y pobre y la precariedad laboral se ensancha, según un informe de Oxfam.
El objetivo del estudio era hacer un recuento del número de puestos de trabajo que podrían ser automatizados, y el número resultante fue enorme: el 47%. Los trabajos creativos y manuales son los más seguros, fundamentalmente oficios como el de pastor, editor y dentista.
La riqueza del 1% de las personas más ricas del mundo es 65 veces mayor que la de la mitad más pobre
Por el contrario, puestos como maquinistas, mecanógrafos, e incluso vendedores, se prevé que desaparezcan. La prosperidad desatada por la revolución digital ha beneficiado mayoritariamente a los dueños del capital y a aquellos trabajadores mejor cualificados.
Así, durante las últimas tres décadas, la participación de la mano de obra en la producción se ha reducido a nivel mundial del 64% al 59%. El desempleo está en niveles alarmantes en la mayor parte de los países ricos, y no solo por razones cíclicas. «La riqueza del 1% de las personas más ricas del mundo, asciende a 110 billones de dólares, o es 65 veces mayor que la de la mitad más pobre del mundo», reza el informe.
Hasta ahora, hay muchos menos puestos de trabajo creados en la nueva economía basada en la información que los que creó la anterior economía basada en la producción. De hecho, el año pasado, Google, Apple, Amazon y Facebook valían más de 1 billón de dólares, pero solo emplean a 150.000 personas.
Ante estos datos, Oxfam predice, en un informe publicado esta semana, un gran aumento en la lucha entre clases e inestabilidad dentro de los países, lo que amenazará seriamente la estabilidad global.