El presidente dominicano Danilo Medina rechazó el miércoles las críticas de que su país es racista por su política migratoria,que principalmente ha afectado a muchos haitianos, y aseguró que espera se respeten las decisiones soberanas del país.
«Para nosotros es inaceptable que nos quieran acusar de racistas, que nos quieran acusar de discriminación y que nos quieran acusar de violación a los derechos humanos»,afirmó Medina en fuerte tono de voz ante decenas de presidentes de la región que asisten a la II Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Medina salió al cruce de comentarios lanzados por mandatarios de la Comunidad del Caribe (Caricom), también presentes en el recinto donde se realizaba la cumbre, según la cual República Dominicana tenía una política migratoria que afectaba a sus vecinos de Haití, una de las naciones del continente más castigadas por la pobreza.
Los señalamientos obedecen a la decisión tomada por el Tribunal Constitucional en 2013, cuando resolvió que los hijos de inmigrantes sin autorización de residencia nacidos en República Dominicana a partir de 1929 y que, por lo tanto, estén registrados como ciudadanos de ese país, perderán su ciudadanía, ya que los jueces consideraron que sus padres estaban en tránsito en la nación.
«No es cierto que la República Dominicana le ha quitado la nacionalidad a nadie. No le puedo quitar a nadie lo que no tenía», expresó Medina, para quien los mecanismos que permiten adquirir los derechos ciudadanos están establecidos en la Constitución de un país soberano y éste debe ser respetado como tal.El mandatario indicó que un millón de haitianos, «la mayoría de los cuales son indocumentados», viven y trabajan en República Dominicana y «transitan libremente» sin que sean detenidos o se les pida un pasaporte. Medina dijo además que se estudia una ley de naturalización para recoger a las personas que corren el riesgo de perder la ciudadanía y quedar sin patria.
LA HABANA (AP)