La atractiva cantante se somete a exigentes sesiones de gimnasio para dar el máximo en sus conciertos.
La esbelta figura que luce Jennifer Lopez a sus 43 años no solo es fruto de una envidiable genética, sino también de una sacrificada dinámica de ejercicios que, lejos de hacerla sentir agobiada, le permite disfrutar al máximo de una vida tan activa en los escenarios como en la intimidad de su hogar.
Precisamente por eso, la estrella del pop no tiene ninguna intención de bajar el ritmo ni la intensidad de la actividad física que ha hecho de ella una de las mujeres más atractivas del mundo.
Agencias