Las autoridades togolesas han confiscado alrededor de cuatro toneladas de marfil procedentes de los colmillos de alrededor de 500 elefantes, escondidas en contenedores que se dirigían a Vietnam, informaron las fuerzas de seguridad del país del África occidental ayer.
Los colmillos, ocultos anacardos y madera, fueron localizados a finales del mes pasado en dos operaciones que se llevaron a cabo en el puerto de Lomé el 22 y el 28 de enero, aunque las autoridades no lo han revelado hasta ahora.
Parte de los 500 elefantes habrían sido ejecutados en el momento de la captura, lo que sitúa su valor en el mercado internacional en alredor de 8 millones de dólares, ha manifestado un alto funcionario del Ministerio de Medio Ambiente de Togo, Kotchikya Okoumassou.
Dos ciudadanos togoleses y otro de Vietnam han sido arrestados. Sin embargo, aún no se ha aclarado de dónde provenía el marfil. «Togo tan sólo tiene 115 elefantes por lo que al menos sabemos que el marfil no viene del interior del estado», ha dicho Okoumassou.
El comercio internacional de marfil ha sido prohibido, pero los conservacionistas denuncian que los elefantes están siendo cazados a un ritmo alarmante, en especial en África central. Desde 2013 el comercio de marfil se ha convertido en una importante fuente de financiación para los grupos armados y contribuye a aumentar los problemas de seguridad, sobre todo en Camerún, la República Centroafricana, Chad y Gabón, advierte Naciones Unidas.
Reuters