Los aretes y los collares han hecho parte de las culturas desde los inicios de la historia. Comenzaron adornando a los hombres más que a las mujeres. Adornaban a los chamanes y a los jefes de las tribus, luego a líderes y a monarcas, y se usaban para distinguir su rango e importancia frente a los demás.
Hoy son un complemento indispensable para adornar la vestimenta de cada día y siguen usándose para empoderar el atuendo.
«La joya ha ido tomando importancia con el paso del tiempo. Hoy es un elemento de lujo y se ha convertido en un esencial del estilo. Los aretes deben ir de acuerdo con nuestro ovalo de la cara. Si tenemos una cara redonda, debemos llevarlos largos para estilizar nuestro rostro y si es el opuesto debemos llevarlos redondos y pequeños para no alargarlo más», afirma la experta en moda Pilar Castaño.
Sobre los collares asegura Pilar que ocurre lo mismo, «si tenemos un cuello largo, nuestros collares pueden ser cortos y anchos, y si no es largo el cuello lo podemos alargar con collares y cadenas largas que ayuden a estilizar el torso».
Hoy, en el imperio del lujo, donde existen toda clase de tendencias y diseños, sobresalen distintas marcas, algunas por su originalidad o estilo y otras por su exclusividad como la firma austriaca Freywille que lleva varias décadas pintando a mano sus piezas y utilizando una técnica única de esmalte fuego para traernos joyas magnificas, inspiradas en los pintores de comienzos de siglo y en el imaginario de otras culturas.
En la actualidad las mujeres deben tener accesorios para momentos especiales y la experta en moda, Pilar Castaño puntualiza sobre este tema que: «hoy las joyas vienen grandes, importantes y llenas de colores. Hacen un aporte definitivo en la vestimenta. Las joyas vienen góticas y románticas, incluso se pueden combinar y contrastar con piezas contemporáneas para llevarlas en todos los momentos y para todas las edades. No pasan de moda por ser atemporales».
AGENCIAS