Manifestantes bosnios demandan nuevo gobierno

Miles de manifestantes protestaron el lunes en decenas de ciudades de Bosnia para exigir que los políticos sean reemplazados por técnicos no partidistas que puedan atender mejor el desempleo de casi 40% y la corrupción generalizada.

Fue el sexto día de las peores manifestaciones en el país balcánico desde el fin de la guerra de Bosnia de 1991-95, en la que murieron 100.000 personas.

«Mi padre, madre y hermano están desempleados», dijo Meliha, una ex profesora de arte de 34 años que gana 7 euros (9,55 dólares) diarios de camarera. Se negó a dar su apellido por temor a perder su empleo. «Ya he aguantado suficiente».

Dos personas mayores empuñaban un cartel indicando que el sueldo mensual de un político equivale a cuatro años de una pensión media.

Los manifestantes dijeron que los políticos con excesivos sueldos están obsesionados con las rencillas étnicas.
«Viven en un mundo diferente, completamente desconectados de la gente», dijo Anes Podic, un ingeniero de sistemas sin trabajo fijo.

Los manifestantes se han reunido a diario ante el palacio presidencial de Sarajevo, la capital, y en decenas de ciudades. El viernes incendiaron la presidencia y otros edificios públicos, con grafiti en uno de ellos que decía «el que siembra ira, recoge ira».

Los gobiernos municipales en cinco ciudades, incluyendo Sarajevo, dimitieron muchos antes de los comicios generales de octubre.

El acuerdo de paz que puso fin a la guerra creó un complejo sistema político en el que más de 150 ministerios gobiernan a 4 millones de bosnios. La corrupción es generalizada y los elevados impuestos consumen gran parte de los ingresos. Uno de cada cinco bosnios vive por debajo del nivel de pobreza.

Svjetlana Nedimovic, un erudito en ciencias políticas desempleado, acusó a la Unión Europea cuyos 28 cancilleres analizaron el lunes la situación en Bosnia de dar la espalda a su país mientras respaldan a los manifestantes en Ucrania.

«Intentamos las elecciones, protestas pacíficas, y nada sirvió», dijo Nedimovic, de 40 años. «Todos aquellos que nos enseñaban la democracia huyen ahora».

SARAJEVO, Bosnia-Herzegovina (AP