El origen de la pornografía

La representación de cuerpos desnudos es tan antigua como nosotros. En la prehistoria se hacían figuras de barro con enormes senos y grandes falos pero el objetivo de estas estatuillas no era el de excitar sino el de representar la fertilidad y la abundancia.

La pornografía se hallaba muy difundida en la antigua Roma, donde las paredes de las casas solían estar decoradas con frisos eróticos que mostraban escenas orgiásticas. En los burdeles de Pompeya, las imágenes estaban pintadas en el exterior, como reclamo a los clientes. A su vez, en las calles, unos falos dibujados indicaban donde encontrar el siguiente «lupanar» o prostíbulo.

Tener frescos en casa era algo que no todo el mundo podía permitirse, así que se puede decir que la pornografía estaba reservada para las clases privilegiadas. Con la llegada de la imprenta en el s.XV esta situación cambió, pero debido a que las primeras impresiones estaban severamente vigiladas, la producción masiva de pornografía se vio muy limitada, además no era fácil crear dibujos detallados con las planchas de madera, de modo que la pornografía visual tuvo que esperar a los progresos del s.XVII.

En Asia se han encontrado pinturas que representan parejas practicando sexo de hace más de 2.500 años.

La obra pornográfica más famosa del s.XVI se llama Sonetos lujuriosos y su autor es Pietro Aretino. Al parecer, los grabados fueron un encargo del Papa León X, pero fueron destruidos por su sucesor inmediato. Sin embargo, las copias de las planchas de cobre sí se conservaron y pasaron de contrabando a Francia, donde se añadieron otras posturas y se extendieron por el mundo entero.

La mayor parte de la pornografía en los siglos posteriores consistió en literatura erótica, con alguna ilustración ocasional. El tema más habitual, si se revisan los títulos, es las monjas y las damas aristocráticas.
A finales del s.XIX comienza el boom del mercado de las postales pornográficas, eran pequeñas y baratas y no se ejercía demasiado control sobre su distribución.

El porno en movimiento:

Las primeras imágenes fotográficas en movimiento se debieron al fotógrafo británico Eadweard Muybridge, quien en 1879 inventó el «zoopraxiscopio»; de las 733 series de fotos que creó, 454 eran de desnudos más o menos integrales de hombres y mujeres. El perfeccionamiento de esta máquina llevó a otra que se llamó «Máquina de lo que vio el mayordomo» o «mutoscopio» que señaló uno de los caminos del porno; las películas pornográficas.

Las primeras películas de «sexo duro» (hardcore)se realizaron en 1910. Los vendedores iban de pueblo en pueblo provistos de un proyector y las pasaban en burdeles y clubes privados. Antes de 1924 el desnudo integral soft apareció en algunas producciones de Hollywood. En la década de 1950, en Estados Unidos, se decidió que el desnudo en el cine estaba permitido siempre y cuando no se convirtiese en un reclamo sexual; rápidamente se comenzaron a filmar los campos nudistas.

La expansión del porno:

En los años 60 estadounidenses había una mentalidad más abierta que permitió la expansión del porno. En 1959 se rueda «The Inmoral Mr. Teas» de Russ Meyer, una película erótica que abre la vereda para otras más populares como «Garganta Profunda» en la década de los 70.

En los 80 entra a los hogares el vídeo y esto permite que la gente pueda ver cine porno en la comodidad de sus casas. Así el género se populariza y surgen las primeras estrellas como Rocco Siffredi y Cicciolina.

Con la entrada de Internet el porno llega a todos los hogares en el momento que lo deseamos, nada que ver con los primeros momentos de este género tan controvertido.

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