Más de 180 soldados fueron enviados a la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China, que fue sacudida el miércoles por un terremoto de 7,3 grados.
Además, se llevó arroz, harina, aceite comestible, carne y medicinas a la zona del sismo y fueron distribuidos entre los habitantes locales la noche del miércoles.
Dos helicópteros militares fueron utilizados hoy para inspeccionar represas y áreas montañosas cercanas al epicentro del movimiento telúrico.
Todas las represas están seguras pero las carreteras en algunas áreas montañosas están bloqueadas, dijo el piloto Li Yongjun.
Más tropas serán enviadas a la zona para instalar tiendas de campaña, evacuar a residentes locales, limpiar escombros, asegurar construcciones en peligro, proporcionar servicios médicos y evitar epidemias, dijeron los oficiales.
El epicentro se ubicó en un área escasamente poblada a una altitud promedio de 5.000 metros. Está a más de 50 kilómetros de distancia del asentamiento más cercano, la aldea Aqqan en el distrito Yutian, y a más de 900 kilómetros de la capital regional de Urumqi.
Un total de 67 casas se derrumbaron y más de 1.000 resultaron dañadas en diversos grados, dijeron el miércoles las autoridades locales. Más de 185 cabezas de ganado también murieron.
El presidente de China, Xi Jinping, y el primer ministro, Li Keqiang, ordenaron hacer esfuerzos concertados para garantizar la seguridad y las propiedades, y emitieron instrucciones sobre el trabajo de ayuda poco después de que ocurrió el terremoto.
Las autoridades locales y departamentos de gobierno recibieron órdenes de revisar la situación de desastre, atender las emergencias y reforzar la monitorización sísmica.
LANZHOU, (Xinhua)