Fumar trae serios problemas en la salud de los adolescentes (y adultos también). Nosotros como padres debemos inculcar en ellos una vida saludable. El tabaquismo puede llevar a nuestros hijos a una dependencia, de la cual difícilmente podrán salir. Es por eso que aquí te daremos consejos para evitar que los adolescentes comiencen a fumar.
¿Cuándo empieza el primer cigarrillo?
La mayoría de los adolescentes se ven expuestos a este terrible vicio muchas veces mediante la presión de los amigos, durante la adolescencia. El primer cigarro para muchos adolescentes se da a partir de la visión que tienen sobre este vicio, ya que muchos ven el fumar como una forma de independencia y rebelión; en otras palabras, creen que fumar los hace grandes.
Los medios de comunicación no ayudan mucho a quitar esta mentalidad; al contrario, la refuerzan dándole el estereotipo de que los fumadores son mujeres u hombres atractivos y seguros de sí mismos. Por supuesto, esta imagen es totalmente falsa.
¿Qué podemos hacer para evitar que nuestros hijos fumen?
Para evitar que nuestro hijo adolescente comience a fumar por primera vez es necesario tomar medidas de prevención. La primera es sin duda alguna el hablar con nuestro hijo sobre los daños que causa el cigarro en nuestro organismo, una buena comunicación siempre ayudará a la hora de orientar a nuestro hijo a tomar buenas decisiones.
Educar con el ejemplo
Una magnifica manera de educar a nuestros hijos, es a través del ejemplo que les damos. Si fumas lo más aconsejable es que dejes ese hábito, ya que tu hijo puede tomarlo como una opción si ve que lo haces. Proponer dentro de la familia una cero tolerancia hacia el tabaquismo, hablar mucho con nuestros hijos sobre los efectos nocivos del cigarro, de manera que ellos entiendan la gravedad que puede desencadenarse al encender el primer cigarro.
Establecer límites claros
Si como padres nos mantenemos firmes en nuestra decisión de la prohibición de fumar, aunque parezca que nuestro hijo no presta atención, realmente nuestras palabras pueden surtir un gran impacto en él. Recordemos que en la adolescencia es más sencillo dejarse influenciar por los amigos, pero una decisión firme de nosotros como papás puede ayudar a reducir el consumo de tabaco en nuestros hijos.
Fumar no es igual a verse bien
Explicarle a nuestros hijos que fumar no les da una buena imagen. Recordemos que el físico y la imagen corporal son tomadas muy en serio durante la adolescencia. Es por eso que podríamos hablar con ellos sobre el efecto que tiene la apariencia, por ejemplo: el cigarro deja mal olor en la ropa y el cabello, mancha los dedos de las manos y por supuesto también los dientes de un color amarillo. También deja un pésimo olor que los acompaña todo el día, sin dejar de lado la disminución de energías para sus actividades físicas.