Durante una excavación bajo un edificio en la Ciudad de México, un equipo de arqueólogos ha descubierto un entierro en grupo de 12 perros prehispánicos, considerados un símbolo religioso en la civilización azteca.
Aunque ya se habían descubierto restos de perros en tumbas, donde cumplían para los aztecas la función de guía del alma al inframundo, o junto a un templo, como si fueran una especie de guardianes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) describe el nuevo hallazgo de «insólito», ya que es la primera vez que se descubre un entierro exclusivamente de canes.
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