En California las peleas de gallos no son ilegales, por lo que existe un mundo de apuestas con referencia a estas peleas clandestinas.
Un hombre de apellido Ochoa aprovechó la oportunidad y se dedicó al negocio clandestino de hacer luchar animales entre sí. Para hacerlo le atan navajas en las patas y los dejaban pelear hasta que uno de los gallos moría.
En esta ocasión el gallo se rebeló contra su amo y lo cargo a puñaladas en la piernas, produciéndole pérdida excesiva de sangre, ya que no fue de inmediato a buscar asistencia médica, ya que tuvo que huir de la policía momentos después del ataque.
Cuando el hombre finalmente fue llevado al Centro Médico Regional de Delano, ya era muy tarde. Ochoa, ya había sido acusado de entrenar y obligar a pelear a otros gallos, y de crueldad animal. Se le había multado apenas con 370 dólares, lo cual no es nada en comparación a los 10 mil dólares que se llevaba por pelea.
La mujer del hombre, asegura que su esposo no estaba participando en dicha pelea y trata de imponer una demanda contra el organizador del evento y con el Centro Médico Regional de Delano por negligencia.