El papa Francisco recibió el viernes por la noche en el Vaticano a la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, que asiste este sábado a la proclamación de un arzobispo brasileño como cardenal, y bromearon sobre fútbol.
Según el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, el sumo pontífice tuvo una «entrevista amplia y cordial» con la presidenta del país que cuenta con el mayor número de católicos del mundo.
Es la segunda vez que la presidenta viaja al Vaticano para mantener una audiencia privada con el papa argentino.
Rousseff asistirá este sábado a la proclamación de 19 cardenales, los primeros del pontificado de Francisco. Entre ellos está el arzobispo de Río de Janeiro, Orani Joao Tempesta.
En una clara referencia al próximo Mundial de Fútbol, que se celebra entre junio y julio en Brasil, Rousseff regaló al obispo de Roma una camiseta de la selección nacional brasileña con el número 10 y firmada «para el papa con respeto y admiración». También le obsequió con un balón firmado por Ronaldo, con la dedicatoria: «al papa Francisco, un gran abrazo de su amigo Ronaldo».
Bromeando, el santo padre observó que con esos regalos se le estaba invitando a rezar para que Brasil gane el mundial. La presidenta le respondió entonces que se le pide al menos que sea neutral, detalló el padre Lombardi.
Por su lado, Francisco le regaló a Rousseff una medalla que representa «el ángel de la paz».
En el encuentro, según avanzó el Vaticano, no estaba previsto que se abordara ningún tema político o bilateral particular.
Conociendo la pasión del papa argentino por el fútbol, al gobierno brasileño le gustaría contar con su presencia en la cita mundialista. Pero la visita ha quedado excluida, ya que el sumo pontífice ya viajó a Brasil con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) el pasado julio, y de aquí a agosto tiene que ir a Tierra Santa y a Corea del Sur.
CIUDAD DEL VATICANO, (AFP)