Un cardenal «entra en la Iglesia de Roma, no entra en una corte», advirtió Francisco en una misa celebrada en la basílica de San Pedro, junto a los nuevos cardenales nombrados la víspera, los primeros de su pontificado.
«Amemos a quienes nos son hostiles, bendigamos a quien habla mal de nosotros, saludemos con una sonrisa a quien tal vez no la merece, no aspiremos a hacernos valer, respondamos con la dulzura a la tiranía, olvidemos las humillaciones sufridas», recomendó el santo padre en su homilía.
El obispo de Roma añadió que los cardenales deben ayudarse entre ellos y evitar «costumbres y comportamientos propios de una corte, como las intrigas, el chismorreo, los círculos, los favoritismos, las preferencias».
El domingo, Francisco insistió en que Jesús no vino al mundo «para enseñarnos buenas maneras, maneras de salón». «Ser santos no es un lujo, es necesario para la salvación del mundo», clamó.