«Si las abejas se extinguen, las personas se extinguirán en cuatro años», dijo una vez el genio de la física Albert Einstein. Últimamente se vienen observando muertes masivas de abejas, lo que podría suponer un peligro para el ser humano.
La muerte de abejas en grandes cantidades a causa de enfermedades es un fenómeno que se viene registrando en muchos países. Según advierten los especialistas, esta tendencia amenaza los ecosistemas del planeta y puede generar una crisis alimentaria en el futuro, ya que las abejas mueren dejando las flores sin polinizar y, en consecuencia, cae la productividad de los cultivos hortícolas, informa la radio The Voice of Russia.
Uno de los males de las abejas reside en los escarabajos de la colmena, que devoran a las abejas y su hábitat: la miel, las celdillas, la cera, etc. «Lo más peligroso es que se difunden no solo por medio de los productos de la apicultura y por las propias abejas, sino por los muebles y otras cosas de madera», advierten los especialistas.
Otro problema se deriva de las garrapatas y moscas-parásito que penetran en el cuerpo de la abeja y las consumen desde el interior. Las propias abejas no son capaces de hacer frente a los parásitos y a los virus, debido a que la vecindad del ser humano ha empeorado sus habilidades para sobrevivir, explica Anatoly Kochetov, doctor en ciencias agrícolas, además de respetado apicultor.
Las abejas domésticas enfermas infectan a las abejas salvajes creando así una epidemia. Los científicos declaran que las muertes masivas entre los himenópteros conducirán a cambios en la Tierra, ya que un 80% de todas las flores que son polinizadas por insectos.
En algunos países existen actualmente granjas donde la gente poliniza las flores con cepillos y una sustancia especial. Sin embargo, el hombre no puede polinizar cada flor por sí mismo, por lo que la muerte masiva de abejas y las posibles consecuencias que pueda conllevar para la humanidad no dejan de ser amenazantes.