Una cadena de temblores puso en alerta a toda la franja del pacífico de Nicaragua, uno de 6.4 y otro de 5.5 grados en la escala abierta de Richter con epicentro en alta mar, registrados la madrugada del domingo a 41 kilómetros al suroeste del balneario Boca de Padre Ramos, municipio El Viejo, en el departamento de Chinandega.
La población Chinandegana despertó azorada a las 3:37 am del domingo por los fuertes movimientos que ocasionó el primer sismo de 6.4 grados Richter. La cadena de sismos se sintió con intensidad en la zona costera de Jiquilillo, Mechapa y el Golfo de Fonseca, sectores en donde la población se mantiene en alerta. El segundo sismo, que alcanzó una intensidad de 5.5 grados Ritcher, se sintió con una diferencia de cuatro minutos y fue localizado cerca de estas costas.
«Estaba acostada cuando sentí la mecida, salí como pude del rancho y nos hincamos a orar con el resto de vecinos porque la misericordia de Dios, está sobre su pueblo», dijo Francisca Reyes, habitante de Jiquilillo.
«Seguimos alarmados todavía, hemos permanecido despiertos y en alerta desde que inició el primer temblor, dentro del mar había diez pangas, todas regresaron bien y estamos a la espera que todo se normalice para regresar a nuestras labores de pesca», dijo Henry Pone.
Por la frecuencia de los temblores los pobladores permanecieron varias horas fuera de sus viviendas por temor a las réplicas, mientras las unidades del cuartel de bomberos voluntarios realizaron un rastreo en la zona periférica de la ciudad, barrios y en los edificios de la colonia Ayapal en busca de daños.
En Punta Caliente, la Defensa Civil maneja un sistema de comunicación vía radio y un parlante que se activa automáticamente para dar la señal de alerta ante tsunami en la costa del Pacífico.
Joselyn es una joven de 22 años, está a cargo del monitoreo y del sistema de comunicación por radio en Punta Caliente, dice que «la alerta no sonó porque a pesar que los temblores se registraron fuertes y continuos, el mar permaneció calmo, gracias a Dios», aseguró.
La cadena de temblores trajo a la mente del pescador Juan Carlos Ponce, tristes recuerdos como los vividos el 01 de Septiembre de 1992, a las 8 de la noche, cuando una ola gigantesca destruyó gran parte de la costa del Océano Pacífico de Nicaragua, causada por un terremoto de 7.2 MS o 7.8 MW, en las profundidades del océano, donde murieron más de 170 personas, en la mayoría niños.
«Esperábamos que sonara la alerta, eso fue como un terremoto y nos agarró de sorpresa, estábamos esperando que sonara la alarma de tsunami para salir, pero no sonó, estamos frente al mar y ya vivimos ese suceso. En esa época tenía 10 años, un fuerte temblor sacudió la tierra y a los 45 minutos, el mar venía sobre nosotros, mi hermanito recién nacido y un sobrino de dos años murieron en la tragedia», recordó.
En un monitoreo realizado por el equipo periodístico de Crónica TN8, constatamos que en esa zona, las aguas del mar permanecían serenas y no se reportaron daños por los temblores que alcanzaron a las 05:46 pm 36 réplicas. Sin embargo, algunos veraneantes y turistas que llegaron este fin de semana se quedaron y otros decidieron abandonar el lugar.
Belkiss Medina