Los beneficios de andar descalzos

Caminar descalzo ha pasado de ser una tendencia contracultural y un poco exótica a estar aprobada científicamente como algo beneficioso para la salud –aumento de los antioxidantes, reducción de la inflamación, mejoras en el sueño–.

Los beneficios de andar descalzos –en casa, en la arena o en la tierra– son muchos, hoy queremos contártelos para que comiences con esta práctica fácil y saludable.

¿Por qué andar descalzo?

Diversos estudios científicos descubrieron que los electrones de la tierra son capaces de mejorar la salud, aliviando el dolor crónico de algunas enfermedades, cambia la actividad eléctrica del cerebro, reduce el estrés, mejora la función del corazón, regula la glucosa y mejora la inmunidad.

Más allá de los beneficios específicos, el hecho de simplemente caminar nos permite reducir el riesgo del cáncer, mejorar la salud cardiovascular, adelgazar y prevenir la diabetes. También mejora la oxigenación de la sangre, la circulación y la respuesta inmune, elimina toxinas y disminuye el estrés.

Además, practicar ejercicio al aire libre, en lugar de en un gimnasio, puede ser algo agradable más que una obligación, ya que tenemos un paisaje lindo y aire puro. Desarrolla la fuerza muscular en pies, piernas y caderas mejor que si utilizamos zapatos, mejora la agilidad y el equilibrio.

Cuidados a la hora de andar descalzos

Los beneficios de andar descalzos podemos apreciarlos si mantenemos ciertos cuidados a la hora de caminar. En primer lugar, hay que fijarse que en el sitio no haya nada que pueda lastimar los pies. Busca sitios suaves como el césped, parques, arena.

Cuando recién comienzas haz pequeños paseos descalzo de no más de cinco minutos. Repite esto todos los días por varias semanas hasta que hayamos fortalecido los músculos de los pies y tobillos. Luego, podemos aumentar la cantidad de tiempo a 10 o 15 minutos.

Si durante el paseo pisamos algo, lo mejor es consultar inmediatamente al médico, ya que objetos pequeños pueden quedar incrustados en el pie, lastimar e infectar la zona, e incluso causar daños en los tendones y músculos.

Es importante que apliquemos protector solar en los pies –incluso en la planta–: con un factor 15 cada pocas horas será más que suficiente. Y por último, tal vez el punto más importante es usar el sentido común cuando andamos descalzos y evitar zonas peligrosas.