¡No te tortures! Aprende cómo curar llagas en la lengua, un malestar tan desagradable que a veces hasta te puede dificultar el comer o hablar. Las llagas en la boca pueden producirse por muchos motivos, y el tratamiento no será el mismo siempre, por eso es necesario que sigas nuestras recomendaciones para este mal.
En qué parte de tu boca están las llagas
Dentro de la boca, las aftas pueden aparecer en:
Dentro de la cavidad oral
La superficie interna de los labios
La parte interna de las mejillas
La base de las encías
La lengua
El paladar blando
Qué causa las llagas en la lengua
Varios son los factores que pueden originar esta desagradable afección, que además de dolorosa es muy antiestética: desde estados de estrés emocional, pasando por un contagio viral, hasta una posible mordida que te hayas propinado tú mismo mientras comías entre otros.
Hay aftas que se vuelven crónicas y se instalan por el resto de la vida, pero ¡tranquilo, no es lo más habitual!
Sin embargo, las llagas en la lengua son más propensas a aparecer cuando tenemos ciertas costumbres como por ejemplo:
Consumir alimentos picantes, salados o ácidos
Cuando sufrimos de un desequilibrio hormonal
Debido a factores hereditarios
También a causa de infecciones virales
Por carencia de vitamina B12, hierro y ácido fólico
Debido al contenido de laurilsulfato de sodio en el dentífrico
A causa de una lesión por morder
Por si no lo sabías, también hay aftas que no duelen, pueden dar fiebre e inflamación de ganglios.
Como curar las llagas en la lengua
Normalmente, el dolor puede demorar hasta 10 días en desaparecer y la llaga en sí puede tardar hasta 21 días. Generalmente, desaparecen solas; sin embargo, siempre podemos contribuir a que sane más rápido.
Remedios para curar las llagas en la lengua
Buches de agua tibia con sal
½ parte de agua oxigenada con ½ parte de leche de magnesia; aplícala 4 veces por día sobre el afta con un hisopo.
El nitrato de plata es muy efectivo, alivia el dolor y en unos pocos días el afta ha desaparecido.
Buches a partes iguales de Benadryl y leche de magnesia (sin tragar).
El médico puede recetar antibióticos y otros medicamentos en caso de que sea necesario. También se recurre a las aspirinas, el paracetamol y el ibuprofeno para calmar el dolor.
Productos como la benzocaína ayudan a aliviar el dolor y adormecen la zona en la que se aplique.
Una recomendación que suele darme resultado es aplicar varias veces al día zumo de limón fresco; puede picar y arder, pero es muy efectivo.