En EE.UU., caracterizado por muchos por tener una sociedad civil dinámica, los estratos de la población más débil y vulnerable se convierten en víctimas de abusos: las minorías raciales y étnicas, mujeres y niños, los ancianos, pobres y presos.
Después de las revelaciones de Edward Snowden el mundo se enteró de que el Gobierno norteamericano no se lo piensa dos veces a la hora de infringir los derechos más elementales a nivel internacional e incluso los de su propio pueblo. Según el informe de la organización no gubernamental de promoción de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW, por sus siglas en inglés), las escuchas de la NSA no es la única infracción en el territorio estadounidense, otras se practican desde hace decenas de años.
‘Enfoque racista’ del sistema de justicia
En EE.UU. los hombres blancos, afroamericanos y latinos tienen casi los mismos niveles de consumo de estupefacientes, sin embargo, los índices de detención y enjuiciamiento por delitos relacionados con las drogas son significativamente distintos: las personas afroamericanas son detenidas por posesión de estas sustancias tres veces más que las blancas. Asimismo, en 2008 en la ciudad de Nueva York el 86% de las personas «paradas y cacheadas» por la Policía eran afroamericanas o latinas, siendo el 89% de ellas inocentes.
Niños trabajadores
Cerca de 100.000 niños están ocupados en el sector agrícola norteamericano, la mayoría de ellos son latinos que suelen trabajar diez o más horas al día y se arriesgan constantemente a la intoxicación por plaguicidas, golpes de calor, lesiones, discapacidades permanentes y la muerte. De los menores de 16 años que perdieron la vida en el trabajo en 2010, el 75% trabajaban en el campo. Miles de niños, además, se lesionan anualmente.
Los derechos de las mujeres
Menos del 20% de los abusos sexuales contra las mujeres norteamericanas se reportan a la Policía, pero incluso la denuncia no garantiza una investigación apropiada. La investigación de HRW reveló que entre 2009 y 2011, un número considerable de los casos abiertos por las denuncias de este tipo en el Distrito de Columbia fueron cerrados sin investigación. Al mismo tiempo, las pruebas de los exámenes forenses de las víctimas de violaciones en los estados de California e Illinois se almacenaron durante años sin siquiera ser analizadas.
Las mujeres militares tienen el mismo problema. Así, el Departamento de Defensa de EE.UU. indicó que de las 19.000 agresiones sexuales anuales, en 2011 se denunciaron 3.192 y solo 240 de esas denuncias llegaron a un tribunal.
La vida y la muerte de los presos
EE.UU. cuenta con el mayor número de personas encarceladas en el mundo. Las actividades que contradicen a los derechos humanos son cotidianas y conllevan, con frecuencia, matices raciales.
Por ejemplo, la pena de muerte está autorizada en 32 estados de EE.UU., en el año 2013 fueron ejecutadas 39 personas y 10 reos ya en lo que llevamos del 2014.
Al mismo tiempo, el número de las personas ancianas encarceladas sigue creciendo a un ritmo alarmante debido a largas condenas. Como indica HRW, las prisiones estadounidenses no están bien equipadas para tratar a los presos mayores de 64 años.