El odio entre las comunidades cristiana y musulmana en la República Centroafricana está «a un nivel aterrador», advirtió la encargada de derechos humanos de las Naciones Unidas.
Navi Pillay, alta comisionada de la ONU para derechos humanos, deploró el jueves la violencia que ha incluido la decapitación de niños y actos de canibalismo.Pillay se preguntó si no habría «una reacción más enérgica y dinámica del mundo» de no haberse cometido las atrocidades en una nación africana poco conocida.
Unos 6.000 efectivos africanos para el mantenimiento de la paz y 2.000 soldados franceses tratan de estabilizar el país, pero tienen una presencia limitada fuera de la capital Bangui.
Pillay dijo que ni siquiera los que portan machetes ensangrentados y restos humanos son arrestados porque el país no tiene ningún mecanismo de seguridad aparte de los soldados extranjeros.
BANGUI, República Centroafricana (AP)