Cientos de mineros informales y artesanales, que protestaban contra un ultimátum del gobierno peruano para que formalizaran su actividad, se enfrentaron este lunes en el centro de Lima con la Policía, que los dispersó con bombas lacrimógenas.
La marcha de los mineros chocó con un férreo cordón policial, que desde la madrugada del lunes cerraba las calles que dan acceso al Palacio de Gobierno, al Poder Judicial y al Congreso.
Según la Policía, los manifestantes, que llegaron hace cuatro días a Lima y duermen en la Plaza Dos de Mayo (lugar de concentración y mítines de los trabajadores), no cuentan con permiso para las marchas.
La protestas de mineros informales, que suman unos 70.000 en todo Perú, se desarrollan simultáneamente en varias ciudades del interior del país y pretenden que se modifique el plazo para adecuarse a la ley.
La Presidencia del Consejo de Ministros informó el lunes que inició el diálogo con los representantes de los mineros informales del departamento de Arequipa (sur), luego que estos se comprometieran con sus bases a no volver a bloquear rutas.
Un violento enfrentamiento entre mineros y policías dejó el sábado al menos once heridos (cuatro policías y siete mineros), cuando los efectivos desbloquearon una carretera en el sur de Perú, según autoridades locales.
La minería ilegal, que realizan pequeños mineros que trabajan por su cuenta o por un salario de un empresario, genera al año 29.000 millones de dólares, que equivalen a más del 12% de lo que genera el narcotráfico, según el gobierno peruano.
LIMA, (AFP)