Con más de 100 fallecidos durante las protestas en Ucrania, la Unión Europea «tiene sangre en las manos», sostuvo el líder del Partido por la Independencia del Reino Unido, Nigel Farage, en los debates con el viceprimer ministro del país, Nick Clegg
«Deberíamos agachar la cabeza de vergüenza (…). Les dimos una serie de falsas esperanzas a personas en el oeste de Ucrania para que, en realidad, derrocaran al presidente que habían elegido», comentó Farage en el marco del debate con Clegg, que tuvo lugar el miércoles por la noche en LBC Radio como parte de la campaña electoral para los comicios parlamentarios de mayo que viene y fue transmitido en vivo.
Fue el Gobierno británico el que animó a la Unión Europea a perseguir ambiciones «expansionistas e imperialistas» en Ucrania, añadió el líder derechista, que aboga por una política más estricta de inmigración y la salida del Reino Unido de la UE.
Nick Clegg por su parte descartó que la UE fuera responsable del derramamiento de sangre en Ucrania. «Suponer que de algún modo es culpa de la UE que el pueblo ucraniano se haya levantado en contra de su Gobierno luchando por más democracia y más libertad, es una manera extremadamente perversa de ver las cosas», insistió.
Las protestas en Ucrania estallaron en noviembre de 2013 cuando el Gobierno del país se negó a firmar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, apelando a que las implicaciones financieras de tal paso son insoportables para la economía nacional. Tanto EE.UU. como la UE siempre han expresado públicamente su apoyo a la oposición ucraniana y en varias ocasiones sus altos cargos se presentaron entre las multitudes en protesta. Desde el comienzo los disturbios, bautizados como la revuelta del ‘Euromaidán’, dejaron al menos 100 muertos y centenares de heridos entre manifestantes antigubernamentales y policías. El 22 de febrero de 2014 la oposición armada destituyó al presidente legítimo de Ucrania Víktor Yanukóvich, disolvió el Tribunal Constitucional y convocó elecciones anticipadas para el próximo 25 de mayo.
Varias áreas en el este y el sur de Ucrania, así como la península de Crimea, no reconocieron la legitimidad del Gobierno de facto en Kiev. Como consecuencia, Crimea convocó un referéndum popular en el que el 96,77% de los votantes se pronunció a favor de reintegrarse a Rusia. El 18 de marzo se firmó en Moscú el histórico acuerdo de reunificación de la República de Crimea y la ciudad de Sebastopol con la Federación de Rusia. El hecho provocó drásticas críticas por parte de EE.UU., que instó a sus aliados políticos, sobre todo a la UE, a sancionar a Moscú. La Asamblea General de la ONU ha aprobado este jueves 27 de marzo una resolución que condena a Rusia y exhorta a no reconocer los cambios en el estatus de Crimea y Sebastopol.