Socorristas provistos con botas de pescador enfrentaban el jueves la lluvia y su propio cansancio mientras buscaban más cadáveres y esperaban algún milagro entre las pilas de lodo y escombros a que quedó reducida una localidad en Washington por un deslave en el que murieron al menos 25 personas.
El principal objetivo ahora es encontrar más cadáveres y depurar la lista de 90 personas que continúan desaparecidas a causa del deslave que sepultó el sábado a la comunidad de Oso, a unos 88 kilómetros (unas 55 millas) al noreste de Seattle. La cifra oficial de fallecidos se elevó el jueves en la noche a 17 después de que la oficina del forense del condado de Snohomish anunciara que había recibido el cadáver de un infante que fue recuperado durante el día.
Las autoridades afirmaron que han localizado al menos otros nueve cadáveres y advirtieron a la comunidad que se elevará la cifra de víctimas fatales en el anuncio que se haga para el viernes en la mañana.»Comprendemos que hay confusión sobre el número informado de víctimas fatales», señaló el jueves el jefe de bomberos del distrito 21 del condado de Snohomish, Travis Hot, en un comunicado en el que se mencionaba el aumento de la cifra.
«Esto ha sido un proceso difícil para todos nosotros. La parte triste es que sabemos que la cifra irá hacia arriba», apuntó.»En este momento, el único método al que recurrimos es la búsqueda y el rescate», dijo Casey Broom, del centro de operaciones de emergencia del condado de Snohomish.
Las autoridades no han difundido los nombres en la lista de desaparecidos.Las más de 200 personas que trabajan en el cúmulo de fango tienen esperanza de que al menos un superviviente los espera en algún lugar entre el fango y los escombros, zona que tiene 1.600 metros (una milla) de ancho y 12 metros (40 pies) de profundidad en algunas partes.
DARRINGTON, Washington (AP)