Los niños en sus primeros años de vida necesitan dormir más que los adultos. Desde las casi 20 horas que duerme un recién nacido, atraviesan períodos de dormir luego dos siestas por día y luego una por algunos años. La siesta en la infancia es importante, porque les provee la energía necesaria para su crecimiento. ¿Es el momento del descanso diurno una batalla en tu casa? Entonces no te pierdas estos consejos para que los niños duerman la siesta.
Consejos para la siesta infantil
Establecer un lugar para la siesta
Es cierto que los bebés pequeñitos duermen en cualquier lado, y la mayor parte de las veces en brazos de la mamá o en un portabebés. Pero a medida que crecen es bueno establecer un ritmo donde se asocie un lugar específico con el momento de la siesta. No importa el lugar: puede ser en la cuna, en una camita extra, en la cama grande con mamá, en una mantita acolchada en un rincón calentito. Lo importante es asociar el mismo sitio con el momento de la siesta diaria.
Establece un momento calmo para la siesta
Sobre todo si hay otros hermanitos mayores, es bueno dedicarle un momento de calma en medio del día a la concreción de la siesta. Bajar un poco las luces o cerrar las cortinas, quizás poner música suave y retirarse con el niño que duerme a un rincón o habitación tranquila promoverá que pueda dormirse más fácilmente.
Promueve un ritmo diario
No es necesario que sea exactamente a la misma hora todos los días, pero sí es bueno que la siesta diaria sea en momentos similares un día tras otro. Por ejemplo: después del almuerzo. Asociar momentos del día con el descanso le promueve al niño la necesidad física de la siesta y es más sencillo de ese modo hacer que sea un hábito diario e ininterrumpido.
Organiza los días alrededor del momento de la siesta
En la medida de lo posible, una vez que establezcas el ritmo de siesta diaria, respétalo. Organiza las actividades diarias de tal modo que no tengas que salir en esos momentos, sino después. La siestaen el coche nunca es lo mismo, y estar fuera a diferentes horarios dificulta que se establezca el hábito de la siesta.
Presta atención a los signos de sueño
A veces cuando los niños están sobrepasados de sueño les cuesta más dormir la siesta. Presta atención a los signos de que ya está listo para descansar: no sólo calcular hace cuántas horas está despierto sino detectar momentos de baja en su actividad, tener los ojitos caídos, restregarse ojos, pelo y orejas y bostezar son signos de que está preparado para dormir su siesta.