Nada como las fotografías para capturar un momento de historia, un minuto, un instante que, a partir de entonces, puede ser inolvidable, a veces para una sola persona, en otras ocasiones para toda una sociedad. Es el caso que hoy te traemos aquí, fotografías históricas que han dado ya (varias veces) la vuelta al mundo. Lo especial, es que los que posan con ellas son sus protagonistas:
Ella es Edith Shain y fue protagonista de un histórico beso en Times Square, en Nueva York, donde se celebraba el fin de la Segunda Guerra Mundial. Un marine la besó incapaz de contener su alegría y aunque el anonimato del joven todavía es un misterio, la de ella se descubrió a finales de la década de 1970.
Seguramente muchos conocen la fotografía del sudafricano Kevin Carter en la que un niño desnutrido está siendo acechado desde una distancia peligrosamente cercana por un buitre. La fotografía ganó un Pulitzer y es uno de los episodios más descarnados de nuestro periodismo pero su protagonista, Kong Nyong, que posó recientemente con ella en un reportaje del periodista Alberto Rojas para EL MUNDO, no ha sido tan célebre como ella.
Este bebé es más que famoso, pues se ha convertido en la imagen representativa del Grunge, el niño protagonizó la portada de un álbum del popular grupo Nirvana. El que no sea muy memorable, quizá, es el mismo chico, Spencer Elder, con 20 años más, quien llegó a confesar que muchas veces le llaman «el bebé de Nirvana».
La joven de ojos verdes, célebre obra de Steve McCurry, tiene nombre y apellido: se llama Sharbat Gula y tenía 12 años cuando el fotógrafo la retrató por primera vez. La imagen fue portada de aquel 1985 y dio la vuelta al mundo, y en 2002 McCurry volvió a encontrar (y a retratar) a Sharbat.
«¡Muy caliente, muy caliente!», gritaba cuando fue fotografiada con la piel abrasada tras un bombardeo del ejército de Vietnam del Sur en Trang Bang, cerca de Ho Chi Minh (entonces Saigón). Se ha sometido a 17 operaciones para reconstruir el tejido incinerado por el napalm, aunque las cicatrices son visibles y las ha mostrado en alguna ocasión.
«Pienso que la fotografía es un regalo muy poderoso para mí y creo que el mundo es mejor gracias a ella», ha manifestado, en declaraciones recogidas por Efe. Asegura encontró paz interior en 1982 gracias a la fe cristiana.
Tras la guerra de Vietnam fue utilizada por el Gobierno comunista del país para campañas de propaganda hasta que logró que le permitieran ir a estudiar a Cuba, donde aprendió un poco de español y conoció a su esposo. En 1992, cuando volvía de su viaje de novios de Moscú a La Habana aprovechó una escala de su avión en Canadá para pedir asilo político.
Desde hace 15 años es embajadora de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Elizabeth Eckford es la protagonista de una de las fotos más famosas de la lucha por los Derechos Civiles en EEUU, cuando fue insultada cuando intentaba acceder al Instituto de Little Rock, hasta entonces sólo para blancos.
Acabó allí sus estudios, aunque sufrió depresión y ansiedad. 40 años después, en 1997, se fotografío con la chica que le grita en la imagen, quien le había pedido perdón años atrás.
Un día de 1936, Dorothea Lange le preguntó en California a Florence Owens Thompson si le podía hacer una fotografía. Esta madre inmigrante tenía en brazos a uno de sus hijos en brazos mientras las otras dos se escondían. Tenía 32 años y acababa de vender las ruedas del coche para poder comer.
Años después fue localizada y guarda resentimiento a la fotógrafa. «Ojalá no me hubiese hecho esa foto, no obtuve provecho alguno de ella. Ella ni siquiera me preguntó mi nombre. Me dijo que nunca vendería aquellas fotos y que me enviaría una copia, pero nunca lo hizo». En la CNN, una de sus hijas, la que se esconde de la cámara a la izquierda, declaró: «Estábamos avergonzados. Mi madre accedió a que nos hicieran la foto porque pensaba que eso nos ayudaría».
Esta mujer, convertida en icono de la crisis en EEUU, falleció de cáncer en 1983. El epitafio en su tumba la define como «migrant mother», tal y como fue conocida en la prensa. Y añade: Una leyenda de la fuerza de las madres americanas.