En México miles de activistas e internautas han vuelto a las calles para protestar contra la ley de telecomunicaciones impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto.
Unos 2.500 manifestantes formaron una cadena humana desde la residencia presidencial hasta la sede del canal privado Televisa. En la jornada de protesta también se registró una concentración en las afueras del Senado.
El proyecto de la ley propuesta por el mandatario concede a las autoridades facultades para censurar contenidos que se consideren peligrosos para el país. Asimismo, la iniciativa obligaría a los proveedores de telecomunicaciones a entregar al Gobierno información sobre los gustos de los usuarios cuando quiera. Si es aprobada la ley, la Secretaría de Gobernación podría censurar contenidos de televisión e Internet.
Paralelamente, la Procuraduría General podría desactivar servicios web si las acciones de sus usuarios contravienen la seguridad del país, pudiendo incluso ser bloqueadas las coberturas en vivo de las manifestaciones.
A quienes más afectaría la ley seria a las comunidades indígenas y a las minorías sociales, opina la investigadora Aleida Calleja. «Esta iniciativa fortalece los monopolios en televisión y pone en situación muy crítica a los medios públicos y a los medios de uso social entre los que se encuentran los medios comunitarios indígenas», dice la experta. «No solamente viola los artículos que tienen que ver con la reforma constitucional de telecomunicaciones, sino que también viola otras garantías individuales que tienen que ver con la igualdad ante la ley en relación a los tratados internacionales de DD.HH.», añade.