Con mariposas amarillas y una lectura en varias lenguas de fragmentos de «Cien años de soledad», la OEA rindió el miércoles homenaje a Gabriel García Márquez, en un respiro literario y de raro consenso en el ente regional.
El embajador de Colombia, Andrés González, comenzó evocando el famoso párrafo que da inicio a la novela: el coronel Aureliano Buendía, parado frente al pelotón de fusilamiento, recordando cuando su padre lo llevó a conocer el hielo.
Y así, el realismo mágico del Nobel colombiano se escuchó a ratos en español, portugués, inglés, italiano y francés, de boca de diplomáticos de Brasil, Canadá, España, Italia, Venezuela, Guyana, Estados Unidos y Haití, ataviados con rosas y mariposas amarillas de papel, el color favorito del escritor.
El homenaje a García Márquez, recordado cariñosamente como ‘Gabo’, que falleció el 17 de abril en Ciudad de México a los 87 años, fue ocasión de una sesión especial del organismo regional. Algunos diplomáticos se mecieron en sus sillas al ritmo de «Macondo», una canción inspirada en el mítico poblado y sus habitantes, pintorescos personajes de la obra de García Márquez.
En un extremo de la mesa ovalada, una foto enmarcada del Nobel descansaba bordeada de más mariposas amarillas junto al popular sombrero ‘vueltiao’ colombiano y un libro donde los presentes podían dejar mensajes. «Gracias, Colombia, por regalarnos al Gabo», anotó el embajador venezolano Roy Chaderton.
WASHINGTON, (AFP)