Tradicionalmente los estadounidenses suelen pensar que estudiar en colegios elitistas es la clave del éxito y la felicidad. Sin embargo, según refleja una nueva encuesta a gran escala, parece que no es tan importante dónde estudiar sino cómo hacerlo.
En la opinión pública estadounidense está ampliamente difundida la opinión de que estudiar en un colegio prestigioso garantiza un mejor puesto de trabajo y una mejor vida. No obstante, ninguno de los colegios o universidades ha investigado de manera rigurosa si sus graduados lograron en realidad esos objetivos, afirma el estudio de la reconocida consultora Gallup.
La encuesta entre 30.000 estudiantes graduados de 50 estados diferentes demuestra que la elección de la escuela de enseñanza superior en realidad no determina el futuro bienestar de los graduados, no produce mejores trabajadores o gente más feliz. En realidad lo que sí importa es a qué se dedicaron los estudiantes durante los años de escuela, si tenían profesores inspiradores o atentos. Pero lo más importante es la sensación de si su escuela le preparó bien para la vida fuera de la universidad.
Tan solo el 39% de todos los graduados se siente atraído por su trabajo. Es decir, no solamente disfrutan de su trabajo diariamente, sino también se sienten emocionalmente e intelectualmente conectados con su trabajo. Y no hay diferencia entre graduados de colegios prestigiosos y los demás, más bien hay pequeñas diferencias entre las diferentes carreras: los que estudiaban arte o humanidades y ciencias sociales suelen sentirse más involucrados en su trabajo (41%), mientras los que estudiaban gestión empresarial son los menos involucrados (37%).
El 11% de los encuestados confesó disfrutar de cinco aspectos de su vida necesarios para vivir bien: bienestar económico, social, físico, comunitario y la sensación de finalidad. Y en este grupo tan pequeño no destacan los graduados de las principales universidades. Estas personas, que suelen ser más eficaces en su trabajo, representan toda la variedad de instituciones de enseñanza superior.
La posible explicación es que los que asisten a colegios elitistas, como los de Ivy League, y pagan más por sus estudios se acostumbran a un cierto estatus especial y adquieren expectativas exageradas para su futura vida. Y luego inevitablemente se decepcionan al chocar con la realidad.