La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) de Venezuela irrumpió la madrugada del jueves en los últimos vestigios de las protestas antigubernamentales, donde acampaban estudiantes, y detuvo a 243 jóvenes buscando sofocar la peor ola de manifestaciones en el país petrolero en más de una década.
Desde las 3 de la madrugada (0730 GMT), cientos de efectivos de la GNB fuertemente armados tomaron cuatro campamentos donde los opositores se mantenían en supuesta «resistencia pacífica» desde hace unas semanas, como alternativa a las violentas protestas que han cobrado la vida de 41 personas desde su comienzo en febrero.
«Se tenían evidencias que desde estos sitios estaban saliendo los grupos más violentos a cometer hechos terroristas: a incendiar cabinas del metro, a incendiar patrullas», dijo el ministro del Interior y Justicia, Miguel Rodríguez, a la televisión estatal.
La autoridad, que calificó los campamentos como «violentos», aseguró que se respetaron los derechos humanos de los detenidos, luego de que Organizaciones No Gubernamentales (ONG) como Human Rights Watch reportaran que el Estado venezolano ha violado sistemáticamente las garantías de los manifestantes durante las protestas.
Rodríguez detalló que durante los allanamientos se encontraron armas, drogas y explosivos.
Tras el operativo, el tráfico seguía bloqueado pero esta vez por efectivos de la Guardia Nacional, mientras que detrás de ellos sólo quedaban restos de las carpas, pancartas, alimentos y medicinas con que convivían los jóvenes en los cuatro campamentos ubicados en el este de Caracas.
CARACAS (Reuters)