Una huelga de 24 horas de los conductores de autobuses en Rio de Janeiro paralizó un 20% de la flota este jueves, generando un fuerte caos en el tránsito.
La huelga tiene lugar a 35 días del inicio del Mundial 2014 en la ciudad que será sede de la final.
El sindicato de las compañías de buses, tercerizadas por la alcaldía, informó que 325 autobuses fueron dañados y algunos quemados.
Los choferes en huelga exigen un aumento salarial. Buscan ganar 2.500 reales (1.120 dólares) y el fin de la función conductor-cobrador, informó el vicepresidente del sindicato de conductores, Sebastiao Jose da Silva, que no se adhirió al movimiento.
«Ya obtuvieron un 10% de aumentos de salario. Este es el mayor aumento del rubro en el país y ya han cobrado este mes ese aumento», dijo el portavoz del sindicato. Para da Silva, el movimiento responde a intereses políticos.
El líder de la huelga, Hélio Teodoro, declaró a medios locales que el movimiento es «pacífico» y que cuenta con el apoyo de otros sindicatos además de trabajadores de la industria de combustibles.
Piquetes de manifestantes bloquearon varias carreteras principales, especialmente en el oeste de Río. Los trenes y el metro se colmaron y hubo enormes embotellamientos mientras miles de personas intentaban llegar a su trabajo. Se prevé que el sindicato evalúe la situación en las próximas horas.
El miércoles agentes de la Policía Federal brasileña también suspendieron sus actividades en varios estados del país para exigir mejores salarios y planes de carrera. Durante su protesta, reiteraron la amenaza de no trabajar durante el Mundial (12 de junio al 13 de julio) si sus peticiones no son escuchadas.
RÍO DE JANEIRO, (AFP)