A preparar un cafecito por que el pan ya ¡esta listo!. Así es, aunque no lo crean lo que sus ojos ven solo son postres que Kittiwat Unarrom, un hombre tailandés, ha preparado.
Cambió el aspecto de los pasteles y bollos hasta no ser reconocidos, por lo que en su tienda se pueden apreciar varias partes del cuerpo humano, ensangrentadas y bastante realistas.
Kittiwat únicamente menciona varios libros de anatomía como su fuente de inspiracióny no revela si ha visitado alguna morgue o anfiteatro anatómico para llegar a una indudable perfección artística. Tampoco indica qué servía de modelo para cada una de sus obras artesanales.
Su filosofía ante las insinuaciones y sospechas es: «ustedes ven todo eso como un descuartizamiento y piensan que de ninguna manera lo comerían», dice el panadero. «Pero al probarlo solo una vez, descubren un bollo sabroso. La moraleja es que no hay que juzgar el libro por su tapa».
Y aunque estos espeluznantes bollos solo contienen ingredientes como harina de trigo, aceite, chocolate y zumo, sinceramente a muchos ya se les quitó el hambre.