Las autoridades serbias ordenaron el desalojo urgente de 12 poblados a lo largo del río Sava, incluso una villa donde los soldados, policías y voluntarios han trabajado contrarreloj para proteger la principal planta eléctrica de Serbia.
La planta de energía Nikola Tesla, alimentada con carbón y que abastece de electricidad a la mitad de Serbia y gran parte de Belgrado, está en el severamente castigado pueblo de Obrenovac, a 20 kilómetros (16 millas) de la capital. El personal de emergencias hasta ahora ha defendido la instalación con barreras altas de sacos de arena, pero no se sabe si éstas soportarán la fuerza del río, que se está desbordando.
Nebojsa Stefanovic, jefe de la policía serbia, ordenó que los civiles evacuaran el pueblo, así como otros 11 poblados a las orillas del Sava.
Por lo menos 35 personas murieron en Serbia y Bosnia en los cinco días de inundaciones causadas por lluvias torrenciales sin precedente, que anegaron pueblos enteros y obligaron a la evacuación de decenas de miles de personas, dijeron las autoridades.
La cifra de muertos seguramente aumentará a medida que las aguas empiecen a descender en algunos sitios, poniendo de manifiesto la magnitud de los daños después que en solo tres días de lluvias cayó el equivalente a la precipitación normal de tres meses, produciendo las peores inundaciones desde que hace 120 años empezaron las mediciones de la precipitación pluvial.
Predrag Maric, un funcionario serbio, dijo el lunes que la situación en Obrenovac es crítica. Se anticipa que las aguas del Sava lleguen a Obrenovac y Belgrado el lunes por la noche y que alcancen su punto más crítico el miércoles.
Unas 7.800 personas ya salieron de Obrenovac, donde hay muchas casas completamente sumergidas. Se cree que unas 2.000 personas siguen atrapadas en los pisos superiores de edificios, sin electricidad ni líneas telefónicas.
En Bosnia, el canciller Zlatko Lagumdzija dijo que los daños eran «inmensos» y los comparó a la carnicería de la guerra de 1992-95, en la que murieron por lo menos 100.000 personas y millones quedaron sin hogar. Agregó que las inundaciones destruyeron unas 100.000 viviendas y 230 escuelas y hospitales y que dejaron a un millón de personas sin agua potable.
«La única diferencia con la guerra es que murió menos gente», afirmó. «El país está devastado. Esto es algo que no logró ninguna guerra en la historia de este país».
En los últimos días, las aguas se ensañaron con ciudades y pueblos en Serbia y Bosnia y en menor escala en Croacia.
En Orasje, un pueblo fronterizo bosnio, se extremaban esfuerzos por impedir más desbordes del Sava en lugares donde han cedido las barreras de contención.
Las inundaciones también ocasionaron más de 3.000 aludes de tierra en los Balcanes. Además llevarse las casas, los deslaves están arrastrando minas terrestres que quedaron de la guerra y los avisos que alertaban de su ubicación, llevándolas ahora a lugares desconocidos.
BELGRADO, Serbia (AP)