Tropas sirias respaldadas por ataques aéreos rompieron el jueves un cerco rebelde de un año de duración a una prisión en el norte de Alepo, permitiendo a las fuerzas del presidente Bashar Assad acercarse a un centro de comando cercano de una coalición de grupos rebeldes islamistas.
Frente a la prisión se han registrado enfrentamientos letales entre fuerzas del gobierno y de la oposición durante el último año. Los rebeldes han utilizado suicidas con vehículos cargados de explosivos en ataques a las puertas de la prisión y han combatido a guardias y soldados atrincherados en el interior, buscando liberar a aproximadamente 4.000 reos.
Alepo tiene algunas áreas controladas por el gobierno y otras por los rebeldes desde que combatientes de la oposición lanzaron una ofensiva en esta ciudad a mediados de 2012. Tel ejército sirio ha logrado impulso en el centro del país y está buscando avanzar contra áreas tomadas por la oposición en el norte antes de la elección presidencial a realizarse en junio.
Fuerzas gubernamentales comenzaron un esfuerzo final el martes y lograron ingresar a la prisión al amanecer del miércoles después de que los rebeldes que asediaban la instalación huyeron bajo intenso bombardeo aéreo, según activistas con sede en Alepo y el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña.
El observatorio expresó temores de que las fuerzas del gobierno pudieran matar a algunos presos «y aseverar que murieron durante el cerco rebelde a la prisión».
Las estaciones de televisión libanesas Al-Mayadeen y Al-Manar, que están cercanas al gobierno sirio y tienen reporteros en diferentes partes de Siria, también reportaron que las tropas gubernamentales rompieron el cerco, el cual inició en abril de 2013.
La Prisión Central de Alepo se encuentra al costado de una carretera a aproximadamente seis kilómetros (cuatro millas) al norte de la ciudad de Alepo, que fuera alguna vez un preciado centro comercial del país. La guerra devastó la ciudad, con los rebeldes controlando la parte este de la misma y el gobierno el oeste.
«Los ataques aéreos fueron asombrosos», dijo Ibrahim Saeed, un activista con sede en la provincia de Alepo. «La fuerza aérea cambió el balance de poder. Se descargaron más de cien bombas en el área alrededor de la prisión», agregó.
BEIRUT, Líbano (AP)